El castigo de dejar que el verdadero amor se vaya por la cobardía
Me siento a pensar en todo lo que pase a tu lado y de todo
lo que no aproveche mientras estabas conmigo.
Agacho la cabeza de vergüenza, por no hacer lo que tenía que hacer para
demostrarte cuanto te amo.
Quisiera enterrarme bajo la tierra, pero la tierra se ha
convertido en piedra bajo mis pies. Mis pensamientos me acusan a cada rato, me
han condenado a vivir sabiendo que fui un cobarde y lo que me hacía fuerte hoy
me tiene atado y sin fuerzas.
Mi corazón está de luto, porque sabe que tú lo has enterrado
para siempre y que nada te hará retroceder.
Ni flores, ni chocolates, ni oro; podrá restaurar el daño que te
cause.
Estoy tratando de encaminar mis pensamientos por otro rumbo,
pero siempre tropiezo con tu recuerdo y me hacen retroceder el tiempo para
martirizarme.
Todo por abrir mí oídos a las palabras de los demás y cerrar
mis ojos para no ver, que lo que decían no era verdad. Nunca te creí a ti y
siempre me deje llevar por los consejos ajenos a nuestra relación; que solo nos
llevaron por caminos distintos.
Quisiera gritar pero hasta la voz se esconde de mí, las
palabras se ocultan por temor a perderse en el tiempo y espacio.
En una relación de amor solo deben intervenir dos y su
fuente de energía y poder son las palabras. No pierdas la comunicación con tu
pareja, porque perderás el camino y caerás en las garras de la envidia y el
odio de muchos que no están felices de verte bien.
Dejar de comunicarte con tu pareja abrirá poco a poco la puerta a la infidelidad y el engaño.
Visitar a tus seres queridos es muy importante, pero más importante es que como
pareja salgan y se distraigan, para amarrar cada día ese amor que llega puro y
sincero a los corazones de quienes se aman y se unen para formar un hogar para
toda la vida.
Aunque el cuerpo se gaste y las arrugas se hagan presentes,
los corazones no envejecen y los pensamientos siguen siendo frescos como al
principio. Ama con locura y no dejes para mañana lo que es de hoy.
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